Cuando el resultado de una unidad productiva se construye en base a la suma de mĂşltiples decisiones individuales, es mucho más rentable incidir directamente en este amplio abanico de decisiones que organizar estructuras de gestiĂłn centralizada. Este es el caso de la Sanidad, en que cada vez es más evidente que para conseguir una gestiĂłn eficiente es necesaria la complicidad de los profesionales. Pero para implementar un sistema de gestiĂłn participativa es preciso la convicciĂłn y valentĂa de la DirecciĂłn, y tambiĂ©n un elevado grado de madurez individual y colectiva de mĂ©dicos y enfermeras.
Reformular las organizaciones sanitarias en base a Unidades Multidisciplinares de Procesos es un reto no fácil pero probablemente es una de las mejores estrategias para conseguir una gestiĂłn ágil y eficiente basada en la implicaciĂłn de los profesionales. Ello es crucial para garantizar la sostenibilidad del sistema, hoy en dĂa amenazado por el incremento de costes y la reducciĂłn de ingresos que ha propiciado la crisis econĂłmico-financiera.
Este tipo de Unidades deben organizarse alrededor de enfermedades o grupos de enfermedades prevalentes, o de enfermedades o procesos con elevado consumo de recursos. Pero sĂłlo son viables si se identifica un claro liderazgo entre algunos de los profesionales que las van a constituir.
Las Unidades deben responsabilizarse de tener guĂas de práctica clĂnica actualizadas de las enfermedades que incluyen y que las recomendaciones de estas guĂas contemplen de forma explĂcita aspectos de coste-eficacia y de coste-oportunidad, crĂticos en un sistema sanitario pĂşblico con recursos limitados. Además, deben identificarse los resultados de salud que quieren obtenerse y que deberán monitorizarse como cuaderno de gestiĂłn de la unidad. Es por ello que es imprescindible disponer de una base de datos sĂłlida que incluya aquellos parámetros cuantitativos predeterminados de la evoluciĂłn de los pacientes.
Las Unidades que incluyen enfermedades que precisan de un alto componente tecnolĂłgico o de conocimiento muy especializado para su resoluciĂłn deben organizarse con una clara visiĂłn hospitalaria y a menudo incluyendo tambiĂ©n profesionales de disciplinas no estrictamente sanitarias como bioingenieros o bioinformáticos. Pero las Unidades de enfermedades muy prevalentes, y especialmente aquellas con un elevado componente de cronicidad, deben organizarse en clave territorial. Es decir, agrupaciones de profesionales del ámbito hospitalario, de medicina familiar, de apoyo domiciliario y de asistencia social. Y con el soporte de estructuras ligeras como hospitales de dĂa, dispositivos de alta resoluciĂłn, “call centers”, y estructuras de hospitalizaciĂłn-asistencia domiciliaria apoyadas en herramientas de teleasistencia-telemonitorizaciĂłn.
Para obtener el máximo rendimiento de este tipo de Unidades de Procesos son necesarios tres requisitos. En primer lugar un sistema de informaciĂłn que garantice la comunicaciĂłn y el compartir datos entre los profesionales de todos los niveles asistenciales incluidos en la Unidad, ya sea disponiendo de un historia clĂnica electrĂłnica comĂşn, o como mĂnimo de una plataforma de interoperabilidad que comunique diferentes sistemas de informaciĂłn. En segundo lugar, dotar a la Unidad de una cuenta de explotaciĂłn. Y en tercer lugar, un cambio en el sistema de pago que pase del actual pago por actividad a un sistema que combine el concepto de pago capitativo con el de pago ligado a resultados de salud.
Publicado en "El Hospital del Futuro: Las ideas de los expertos"
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